Diecisiete Pasos Para Ser Más Felices
Cómo encontrar la felicidad en la vida, con el crecimiento personal, con la sabiduría, el conocimiento y la sabiduría consiste en saber ser sabios a tiempo.
En Tozapping.com te explicamos diecisiete pasos para ser más felices.
1. Pon fin a la Teología de la Separación
Trabaja tu propia vida y tu sistema personal de creencias para eliminar todo pensamiento de separación de Dios.
Libérate de esa teología, sin más. La Teología de la Separación es una teología que se empeña en que nosotros estamos «aquí» y Dios está «allá».
Su doctrina nos dice que Dios nos separó de él, en castigo por nuestros pecados.
Que nuestra tarea consiste ahora en volver a Dios, lo cual sólo es posible si Dios lo permite; y sólo lo hará si obedecemos sus mandamientos.
Nuestra Patología de la Separación sólo se curará cuando nuestra Teología de la Separación se sustituya por una Teología de la Unidad.
Debemos llegar a entender que toda la vida es Una.
Es el comienzo de una creación nueva, del hacer realidad la próxima versión, la más grandiosa, de la visión más grande que hayas tenido nunca de, Quién Eres.
2. Manténte en contacto con quien eres
Recuerda que tú no eres tu cuerpo sino un alma que realiza con el cuerpo un viaje de gozo.
Debes recordar que tu alma es una parte eterna de Dios. Recuerda que Dios y tú sois Uno.
Entiende que por ser, Quien Eres, nada puede hacerte daño, y no necesitas nada para ser absolutamente feliz en este cuando de tu existencia eterna.
Lo que te digo aquí es que te veas a ti mismo como a un Ser Espiritual con cuerpo, con la misión sagrada de la autorrealización y de la autocreación.
Tu tarea diaria, que no es tan difícil como puede parecer al principio, es la siguiente: Recuerda tu identidad. Retén tu identidad. Recrea tu identidad.
3. Da a los demás todas las vivencias que buscas tú
El modo más rápido y más fácil de retener tu identidad es poner a los demás en contacto con la suya.
Si quieres vivir tu Yo Divino y tu identidad verdadera, haz que otro viva su Yo Divino y su identidad verdadera.
Devuelve a las personas a ellas mismas. Esto lo puedes hacer de cien maneras, en mil vidas, en un millón de momentos.
Para vivir cualquier cosa en tu propia vida, haz que otro la viva en la suya.
Si quieres vivir el amor, haz que otro sea amado. Si quieres conocer la abundancia, haz que otro tenga abundancia.
Para conocer el éxito, haz que otro alcance el éxito. Si quieres conocer el poder, haz poderoso a otro.
Si quieres conocer la paz, haz que otro esté en paz.
Lo que estoy diciendo aquí es que por donde mejor empieza la Creación Personal es en otro.
Enfócate primero en el otro, siempre en el otro, no empieces nunca por el Yo, y lo que quiera vivir el Yo se hará realidad multiplicado por siete.
Cualquier cosa que quieras crear para ti mismo, créala para otro. Esta es la forma más poderosa de la Energía de Atracción.
4. Ten claro que nada de lo que ves es real
Vivimos en el mundo de la ilusión. Entenderás tu relación verdadera con todo lo que te rodea cuando te consideres a ti mismo como un ilusionista que contempla sus propios trucos.
Diviértete, como se divierte un buen ilusionista, pero no olvides ni por un instante que todo es una ilusión.
Lo que es más importante, no olvides que eres tú el que estás creando la ilusión. Por tanto, procura no perderte en ella.
5. Decide que tú no eres tu «historia»
Para vivir lo que está pasando de una manera que mantenga tu felicidad, lo más probable es que tengas que abandonar tu historia.
Tu «historia» son todos los datos que has recogido acerca de lo que te ha pasado en tu vida.
La realidad que te has fabricado acerca del tipo de persona que eres tú y que son las demás personas, de cómo os hicisteis así todos.
Piensa que la felicidad no la encontrarás nunca en tu historia, sólo la encontrarás en tu decisión más nueva, más grandiosa acerca de ti mismo y de los demás.
Esto puede significar tener que decirte a ti mismo, respecto de muchas cosas que han sucedido: «Eso fue “entonces”; y esto es “ahora”».
Ninguna de esas cosas ejerce ninguna relación sobre lo que está sucediendo en este momento.
Reaccionar es ni más ni menos que lo que la misma palabra indica.
Es actuar (accionar) otra vez como actuaste antes.
Este es un camino que conduce con toda seguridad a la infelicidad, pues la felicidad máxima se encuentra en la creación, no en la reacción.
Se te invita a que renuncies a tu identidad anterior, a que abandones tus ideas viejas acerca de ti mismo.
Debes figurarte que la vida ha vuelto a comenzar para ti ahora mismo.
Al menos en lo que respecta a las decisiones más importantes respecto de quién eres y de cómo te van las cosas.
En algunos círculos, a esto se le llama volver a nacer.
6. Ten sólo preferencias
Muchas personas se hacen infelices a sí mismas simplemente porque les resulta imposible aceptar la vida tal como se está presentando ahora mismo.
Nada les parece lo bastante bueno y nada está bien del todo.
Como en el cuento de la princesa y el guisante, estas personas no pueden sentirse cómodas de ninguna manera con su situación ni sus circunstancias, con su entorno o con sus compañías.
Celebrar o quejarse: ésta es la opción de cada momento.
Si eliges lo primero en vez de lo segundo, tu vida podrá llenarse de sonrisas para siempre.
Verás, existe una manera de ser más felices que Dios, y consiste en no exigir que nada sea diferente en ningún sentido de como es ahora mismo.
Esto no significa que no aspires nunca a cambiar nada.
Sí que significa que no bases tu felicidad en si se está produciendo o no ese cambio.
Es una cuestión de dejar de vivir la vida a base de adicciones y pasar a vivirla a base de preferencias.
Siempre podrás saber si tienes adicción a algo, en vez de simplemente preferirlo, observando si la falta de ese algo te hace perder la felicidad.
La idea para la vida consiste en convertir tus adicciones en preferencias.
Realmente mientras se esté viviendo la vida, siempre habrá algo que celebrar.
Ver el vaso medio lleno, más que medio vacío, es algo más que un aforismo ñoño. Es la clave de la felicidad perdurable.
El «Requisito» es otra de las Diez Ilusiones de los Seres Humanos.
La ilusión es el requisito de que existe algo que debes tener absoluta y necesariamente para poder vivir.
Pero no hay nada que debas tener aparte de lo que ya tienes ahora mismo, que es el Yo tal como es en realidad.
No puedes morir, y tu vida no puede terminar, porque tú eres la vida misma manifestada.
Cuando hayas entendido esto, ya no temerás a la muerte, y entonces ya no temerás a la vida.
Tampoco volverás a sentir una necesidad apremiante y visceral de nada en particular. Esto lo cambia todo.
7. Ve la perfección
Tienes que ver las cosas tal como son: el suceso perfecto, que viene en el momento perfecto para proporcionarte la oportunidad perfecta de expresar de la manera perfecta aquello que es la Perfección Misma.
En su relación personal contigo, la perfección es el Yo que has elegido ser y que ahora optas por demostrar y vivir.
Cada uno de los momentos dorados del Ahora tenemos la oportunidad de aprovechar ese momento, y todo lo que encierra y ofrece, para recordar Quiénes Somos de Verdad.
La vida nos otorga los dones de la eternidad y del infinito para que podamos conocernos a nosotros mismos en nuestras propias vivencias.
Este es el proceso que llamamos evolución, es necesario que no juzgues ni condenes a las personas ni los sucesos que te pone delante la vida.
8. Sáltate el drama
Recuerda que nada tiene más significado que el que tú le atribuyas.
Es recomendable evitar que los pensamientos y cosas negativas nos hagan perder el control de nuestra mente y cuerpo.
Recuerda que en muchos casos en que parece que se nos está estropeando la vida, lo que pasa es que se nos está arreglando por primera vez.
Cuando yo me alteraba por las cosas cuando era niño, mi madre me decía: «¿Qué importancia crees que tendrá esto cuando tengas noventa años?».
Adopta una postura de agradecimiento siempre que puedas. . . y no dudes en servirte del humor para alcanzar esa postura.
Yo he descubierto que el mejor es el humor con el que te ríes de ti mismo, es una excelente medicina.
9. Entiende la tristeza
No es lo mismo la tristeza que la infelicidad. ¿Captas la diferencia?
Tu tristeza no tiene por qué hacerte infeliz. Tu tristeza, como señal de tu situación en tu camino evolutivo.
Puede servirte de confirmación interior de la profundidad de tus sentimientos, por tanto, de quién eres como persona y como ser espiritual.
Cuando alguien te haga daño, permítete sentir tristeza.
Sobre todo cuando haces daño a otra persona, permite que tu arrepentimiento vaya acompañado de tristeza.
Otórgate a ti mismo el don de la tristeza, y verás cómo sanas más deprisa de todas las vivencias que te inspirarían la tentación de olvidarte de tu identidad plena.
Lo que estoy diciendo aquí es que tu tristeza acerca de cualquier cosa no debe impedirte ser más feliz de lo que fuiste antes.
10. Deja de discutir con la vida
Una gran proporción de la falta de felicidad que sentimos en nuestras vidas es consecuencia de nuestros juicios de valor.
Tendemos a juzgarlo todo. A las personas que nos rodean, las circunstancias que presentan éstas, los hechos del momento y también a nosotros mismos.
Hay personas que no pierden una sola oportunidad de adoptar su postura de juicio de valor.
Es casi como si estuvieran juzgando la vida misma, constantemente.
Cuando siento la tentación de juzgar a los demás, miro dentro de mí para determinar cuándo obré yo de esa manera en mi vida.
De pronto, me llega una oleada de compasión que barre los juicios de valor y que hace imposible una condena por mi parte.
Lo que estoy diciendo aquí es que en un corazón que tiene amor no hay lugar para los juicios de valor.
Pero recuerda que juzgar no es discernir, y observar no es juzgar.
Saber discernir es muy saludable, y hacer observaciones es muy natural.
Una observación dice: «Esto es así». Un juicio de valor dice: «Esto no debe ser así».
El Juicio y la Condena se cuentan entre las Diez Ilusiones de los Seres Humanos. Sencillamente, no son reales.
11. Abandona todas las expectativas
Nada representa un obstáculo mayor para la felicidad duradera (o incluso para la felicidad a corto plazo) que las expectativas.
Olvídate de cómo crees que «deben ser» las cosas.
El «debe ser» es una invención humana que no tiene nada que ver con la realidad última.
Debes saber que los giros y los desvíos que nos apartan del camino que creíamos que íbamos a seguir no son rodeos en absoluto.
Sino que son el camino más rápido que conduce de donde estamos a donde queremos estar.
Debes saber que la vida siempre está conspirando a tu favor.
Las expectativas marcan un límite al modo en que defines la perfección, y que este límite constriñe tu creación de la perfección misma.
Por tanto, no esperes nada y acepta todo lo que recibas. Acoge todo lo que se presente. Ama lo que es.
12. Ten compasión contigo mismo
No te consideres «malo» por ninguna vivencia negativa con que te encuentres ahora, aunque tengas la sensación de que «te lo mereces» o de que«tú te lo has buscado.
Recuerda siempre que tú no eres tu pasado; que tú no eres quien eras ayer, ni siquiera quien eras hace un momento.
Que cada nuevo día, cada nueva hora, cada nuevo momento, señalen un nuevo comienzo.
Aunque estés en el último momento de tu vida, no será demasiado tarde para declarar tu próxima identidad, la más grandiosa, y para asumirla.
Lo que estoy diciendo aquí es que la transformación es una cosa instantánea-momentánea, que tenemos abierta y disponible a cada segundo.
La vida comienza de nuevo cuando tú lo dices. Por eso, sé delicado contigo mismo acerca de ti mismo.
13. Di tu verdad en cuanto la conozcas
La mayor lección que he aprendido en mi vida está relacionada con la verdad.
No existe la Verdad Absoluta en el sentido objetivo; pero sí existe la verdad subjetiva.
Existe lo que es verdad para ti, esto tiene una importancia extraordinaria para tu vida.
Aspira a vivir de manera auténtica, aspira a ser plenamente tú mismo.
14. Observa las energías, atrapa las vibraciones
Observar las energías que te rodean. Escuchar las energías. Percibir las vibraciones.
Estos son los tres niveles de la recepción. Puedes recibir energías viéndolas, oyéndolas y sintiéndolas.
La energía que ves se llama luz. La energía que oyes se llama sonido.
Toda la energía que sientes se llama sentimiento. El sentimiento es el lenguaje del alma.
Presta atención a las energías de la vida. Las estás recibiendo y enviando a cada instante.
La felicidad es el estado de resonancia más elevado.
Pues significa que la felicidad no es algo que nos caiga del cielo, sino que es algo que podemos crear.
Aprende a escucharte a ti mismo. Siente las vibraciones de quien eres, y no hagas nada ni estés con nadie de una manera importante si las vibraciones no concuerdan.
Presta atención a tu vivencia exterior y presta atención a tu vivencia interior.
Asegúrate de estar en resonancia con las personas, con los lugares y con las cosas que te rodean.
Escucha, simplemente, escuchar es un gran arte. ¿Sabes que puedes hacer felices a las personas con sólo escucharlas?.
¿Sabes que te puedes hacer feliz a ti mismo a base de escuchar a los demás?.
Está cargada de gratificaciones, cargada de gozo. Intenta absorber todo lo que está pasando en tu espacio.
Después, mira a ver si hay concordancia. Y si no hay concordancia, rehuye ese espacio.
Prestar atención a las energías y a las vibraciones de la vida es positivo.
Te puede hacer cambiar tu alimentación, tus hábitos de lectura, lo que ves en televisión y en el cine.
También tu manera de vestir, tu manera de hablar, hasta te puede hacer cambiar de compañías.
Da la bienvenida a estos cambios. Son los primeros pasos del viaje a la dicha.
15. Sonríe
Esto puede parecer una tontería, pero es uno de los recursos más poderosos que me he encontrado en mi vida.
Sonríe cinco veces al día sin ningún motivo especial.
Hay personas que no sonríen nunca, o muy rara vez. No son capaces de sonreír ni siquiera cuando todos los presentes se están riendo a carcajadas.
Estas personas pueden ser simplemente tímidas, o pueden tener un dolor profundo.
Pero lo importante es saber que la sonrisa es capaz de curar estas dos dolencias.
La sonrisa no tiene por qué ser un mero acto reflejo. La sonrisa puede ser un acto deliberado e intencionado.
Cuando lo es, se convierte en un acto de creación y, por tanto, en una herramienta poderosa.
Sonríe con facilidad y comparte con facilidad tu sonrisa con los demás.
Iluminarás tu corazón, e iluminarás también el lugar donde estés. Sonríe, aunque no tengas motivo
Lo que estoy diciendo aquí es que ¡hay que sonreír más!.
La sonrisa cambia, verdaderamente, las vibraciones de tu cuerpo.
Modifica fisiológicamente la química de tu ser. Libera endorfinas de efecto salutífero. ¿Lo sabías? Lo dice la ciencia médica, y es verdad.
16. Canta
Canta, quiero que me prometas que vas a cantar una vez al día por lo menos.
Lo cambiará todo. No puedes cantar con mala disposición.
No puedes mantener una mala disposición mientras cantas.
¡Canta todas las mañanas en la ducha!. ¡Canta en el coche!. Canta bajito al oído de tu persona amada. Canta en voz alta en el parque.
¡Mira cómo se ilumina lo que te rodea!. ¡Mira cómo aparecen las sonrisas!.
¿Crees que alguien puede resistirse a una persona que está cantando? ¿Crees que puede resistírsele el mundo?
Cantar conecta la mente con el corazón y el corazón con la mente. De manera que canta.
¡Te reto a que lo hagas! Lo que estoy diciendo aquí es que las herramientas y los recursos con los que podemos crear la felicidad son muy sencillos, tienen una sencillez elegante.
Los recursos los tenemos delante. ¿De qué estamos hablando aquí?
De dar. Observar. Escuchar. Sentir. Sonreír. Cantar. ¡Dios mío, son cosas que no nos cuestan nada!
17. Saber lo que debes hacer cuando las cosas están verdaderamente mal
Está claro que hay ocasiones en que las cosas están verdaderamente mal.
Eso no se puede cambiar ni con todo el pensamiento positivo del mundo.
Las cosas son lo que son. No puedes taparlas, ni fingir, ni convertir una cosa en lo que no es.
En primer lugar, no te resistas a lo que está pasando. A lo que te resistes, persiste.
Te va a parecer raro, pero, bendícelo.
Bendice a todas las personas y todos los hechos que te están desilusionando, que te están asediando, que te están asaltando como flechas lanzadas desde lejos.
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